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Carmen Sotomayor

Yo era bien joven en realidad tenía 32 años. Y en ese tiempo ya tenía dos hijos, el mayor de 7 años y la menor de 3. Bueno, entonces, lo que más recuerdo es que yo participé como apoderada de mesa. Y eso fue como muy importante para poder controlar los votos, no? Entonces bueno yo me había capacitado como apoderada de mesa, teníamos mucho miedo de ser apoderados de mesa, y teníamos que controlar, a mí me tocó una mesa, tenía que controlar los votos y que se votará digamos sin alguna trampa. Entonces, y era muy interesante porque había habido toda una organización del comando del No, entonces nosotros teníamos unas planias como que anotábamos todos los votos, todos. Nosotros íbamos anotando cada voto cada voto. Entonces bueno venía una persona que andaba como en bicicleta recogiendo todas estás planias que iban a un centro de recuento de votos, que en el fondo, fue la clave para que la dictadura reconociera los resultados. Entonces, eso fue muy importante, y yo participé directamente en eso. Entonces, estábamos muy comprometidos con el No. Entonces cuando llega la votación, bueno, yo lo más que recuerdo es que había una tensión brutal de que si se iban a reconocer los resultados, y hasta última hora, no se sabía, La Moneda estaba en silencio hasta que de pronto, esto se sabe ya no, pero el General Matthei, que era unos de los miembros de la junta de gobierno, que era la dictadura, pero él reconoce, entrando a La Moneda, que ganó el No. Y eso fue una cuestión pero emocionante para todos nosotros, impresionante, pero todavía no se sabían los resultados hasta las dos de la mañana. Y nosotros seguíamos pegados a la television para ver esto, hasta que ya Cardemil, que fue el senador de Renovación Nacional, si no me equivoco, reconoció que ganamos. Ahora, ahí la gente, a las dos de la mañana igual estábamos muy asustados ya que el terror era grande porque bueno, todos habíamos vivido experiencias muy duras antes no? Entonces bueno, se anuncia a las dos de la mañana y nadie hace nada a las dos de la mañana. Pero en la mañana siguiente ya partimos a la Alameda. Y yo me acuerdo, esto es quizás lo más importante para mi, es que nosotros estábamos con Pedro, mi marido, y mis dos hijos, y estábamos tan felices con Pedro, estábamos emocionados. Y nuestros hijos no entendían por qué? Porque eran chicos.

Después nos dimos cuenta de que por protegerlos, nunca les habíamos enseñado lo que era la dictadura. Entonces en ese momento antes de partir, le contamos lo que había pasado en Chile ahí en ese momento. A Diego, que era mi hijo mayor tenía siete años ya algo entendía. Y a Catalina, que era chiquitita pero les dijimos, porque estábamos muy emocionados. Y ellos no entendían porque estábamos al borde de las lágrimas. Entonces ahí les contamos todo lo que había pasado, que por primera vez les dijimos que su papá, Pedro estaba muy buscado por la DINA, mi marido, y les dijimos ahí, les dijimos Pedro ha estado buscado por la DINA, hemos pasado muchos peligros ya hace mucho tiempo. Entonces estábamos super emocionados, y partimos con ellos a la Alameda, y ahí me acuerdo que había una gran cantidad de gente, felices, que todos asustados a la vez, marchando por la Alameda mucha gente, mucha, mucha gente. Con las banderas del No, con las banderas de Chile, cantando, no me recuerdo las canciones de esa época. Además fijate, con mis vecinos, porque nadie sabía que, todos estábamos muy asustados, nadie sabía quien era quien. Y de pronto veo mi vecina de enfrente, también salío con las banderas. Todos salimos en los autos con las banderas y nos empezamos como a reconocer también los vecinos que habíamos votado por el No. Yo te diría que eso fue lo más impresionante, y para mí fue muy fuerte esto de, me dí cuenta ahí como que no le habíamos dicho nada a los niños. Yo no sé si eso fue bueno o malo pero eso me ha hecho pensar que yo creo que igual nosotros les transmitimos mucho temor a los niños. Te estoy hablando desde todo el periodo desde que son chiquititos, seguro porque vivíamos con mucho susto, siempre teníamos el susto de que a Pedro lo iban a buscar la DINA porque lo habían buscado mucho. Entonces me dí cuenta que los niños no entendían lo que pasaba y eso es que me ha dado vueltas después porque seguramente había un susto en nuestra familia pero es que ellos no lo entendían bien. Y de allí entendieron algo, me entiendes, fue muy impresionante eso de que porque estábamos tan felices que terminara esta dictadura que había sido terrible para muchos amigos.

Nosotros teníamos muchos amigos presos, muchos en realidad, torturados o sea, y Pedro muy, muy, muy, buscado o sea logró escaparse no sé, porque Dios es grande, logró escaparse de que lo tomarán preso. Y en una época que fue del 76 que se desapareció y allí lo buscaron. Pero siempre teníamos ese temor de que volvieran. De hecho, nosotros teníamos fíjate, esto es increíble pero nuestro vecino del lado de allá que ahora ya no está, no es la misma casa, era un hombre de la DINA. Fíjate que nosotros supimos esto por casualidad, justo después del tiempo cuando perseguían a Pedro o un poco después, de pronto el vecino un día me dice he salido a regar, me dice “sí vecina estoy con un dolor muy fuerte en la espalda porque me toca salir en las noches y me dice claro porque usted sabe, porque el había sido de Investigaciones de la PDI antes, durante el tiempo de Allende «Porque usted sabe que yo soy de investigaciones» «sí» le dije yo, y «ahora me pasaron a la DINA». Entonces nosotros vivimos aterrados ¿me entiende? Porque teníamos a este señor al lado y nosotros militamos además, en un partido politico, Pedro era un poco clandestino por un tiempo. Entonces, el plebiscito fue como que este susto se acaba, este susto que teníamos. Se termina, el tener como libertad, sobre todo acabar el terror, acabar el miedo que teníamos, eso sí fue lo más fuerte. La felicidad era enorme de sentir que esto se acababa al fin ya salíamos de esto.

Bueno lo otro, no sé si va ser, yo tenía una beca para ir a Europa a estudiar un doctorado a Lovaina y nosotros, yo lo tenía antes, yo tenía la beca desde el año 88, nosotros nunca nos quisimos ir y Pedro me decía que no nos íbamos a ir hasta que no se vaya Pinochet. Y nos fuimos hasta que, y nos fuimos en el 90 cuando ya salió Aylwin, dijimos “ya ahora sí nos vamos, nos vamos a estudiar” pero antes no nos íbamos, estábamos metidos y todo. Entonces, por eso el plebiscito también fue tan importante porque nos permitía como tener libertad, antes no la sentíamos, sentíamos que teníamos que quedarnos acá y luchar hasta que se acabara la dictadura. Era como lo que sentíamos.