Me invitó a que hiciera la locución de dos o tres cosas, spots, muy precisos. Y el mensaje era muy claro, ¿no?: “Sin odio. Sin miedo. Sin violencia. Vote NO”. Y ese día grabé y llegué a la casa y le comenté a mi mujer: “¿Sabes que me pasó hoy día? Me saqué la bota de la cabeza, la bota militar de la cabeza”. Perdí el miedo. Entonces, para mí el triunfo es personal, íntimo. Así que cuando vino el triunfo del NO, por supuesto que yo estaba feliz, pero yo había sentido antes el triunfo.