Plutarco Dinamarca

A mí se me produjo un cortocircuito mental del cual me demoré mucho tiempo en reponerme, porque no puedo comprender hasta el día de hoy (fíjese en los años que han pasado), yo no comprendo hasta el día de hoy cómo ese modelo que le estaba trayendo tanto bienestar a mucha gente (económico únicamente, ¿no?, no necesariamente en otros aspectos importantes para la vida humana, pero en el plano económico, que era lo que nosotros íbamos a hacer allá) no fue suficiente para que se mantuviera ese modelo.

Transcripción

Nos vamos a referir al plebiscito del 5 de octubre del año 88, yo tengo que hacer una, unas referencias previas. digamos, a ese día. Nosotros con mi esposa María de la Luz, en el año 85, siendo yo gerente de proyectos del Departamento Agroindustrial de la Fundación Chile, que la Fundación Chile era un convenio que tenía el Gobierno de Chile con la ITT Corporation, esas dos organizaciones, la Fundación era y es una entidad privada, un centro que no tenía fines de lucro. A mí me correspondió desarrollar un proyecto relacionado con la introducción de fruticultura en el sur de Chile. En el sur de Chile había mucha ganadería, no cierto, muchos cultivos, pero no había fruticultura comercial, habían algunos huertos caseros y cosas así. Y yo entro la, dentro de la fruticultura y la agronomía por distintas razones, me fui especializando en fruticultura menor, en frutales menores, así como hay frutales mayores que son árboles, están los frutales menores, que son arbustos bushes, como pueden ser los arándanos. Entonces nosotros trajimos a Chile en aquel entonces, por ejemplo, el cultivo del arándano. Yo introduje el cultivo del arándano a Chile. En esa época, también llevábamos al sur de Chile las variedades, de las variedades de frambuesas que hoy día ocupan el 99 por ciento de la superficie, las moras sin espina, las

thornless evergreen blackberries. Groselleros gusta zarzaparrilla negra, zarzaparrilla roja, todas las especies de frutales menores las establecimos en una plantación más grande de la cual y que fue la primera en Chile. No había otra, de la cual yo fui su gerente general, pero más que eso era el asesor técnico el que hacía las capacitaciones a la gente, porque en el sur la gente no sabía ni siquiera tomar una tijera de podar. Durante las cosechas,en el verano ocupábamos a mujeres de un entorno, en que las mujeres simplemente no tenían oportunidad de trabajo, porque los trabajos eran todas para los hombres. Y se fue generando una espiral positiva en el sentido de que las mujeres trabajaban diciembre, enero, febrero, marzo y a veces abril. Las que eran estudiantes con permiso de los padres conforme a las leyes. Al fin llegaba marzo, la época de los estudios y se iban, pero la cosecha también decaia un poco. Entonces llegó un momento en que las mujeres de la casa generaban más ingreso que el hombre. Entonces empezaron a poner sus condiciones de que no llegaran borracho, o de que se portaban bien, de que no les pegara. Entonces yo desde el año 85 hasta el año 88 fui el protagonista de una reforma o de un cambio social muy importante. Aparte de modificar el paisaje del sur de Chile, porque antes uno veia praderas, veía vacas, animales, veia cultivo, pero nunca veía estos cultivos en hilera. Y desde esa época se empezó a modificar el paisaje del sur de Chile y se empezó a modificar también la conciencia de la gente.

Yendo a lo del plebiscito, yo nunca fui amigo de los militares, nunca. Sin embargo, con esa experiencia, me di cuenta de que me refiero del gobierno militar. Yo tengo amigos militares, digamos, pero nunca fui amigo del gobierno militar. Yo nunca trabajé para el gobierno militar. Pero me daba cuenta, el año 85 yo tenía 30 años cuando llegué a ser gerente general de esa empresa. Teníamos con mi esposa cuatro hijos. El año 84, acá en Santiago estaba lleno de protesta. En una ocasión a mí me atacaron en una protesta callejera, me golpearon y yo dije esto no es lo que yo quiero para mis hijos, entonces. Entonces conversamos con mi mujer y le dije, Nosotros hicimos este proyecto, estamos buscando un gerente y a mí me gustaría irme para allá para echar a andar este asunto, por lo menos la marcha blanca, porque es como un hijo mío más y nadie mejor que yo va a hacer ese trabajo, porque nadie tenía el conocimiento técnico y comercial. Yo lo había adquirido mucho antes. Así que nos fuimos. La Semana Santa del año 85 nosotros lo fuimos con mi mujer y mis cuatro hijos en ese entonces, después nació otro allá y empezamos a trabajar en este asunto, cosa que. En otras condiciones, yo creo que

en una en una situación como la actual, hubiese sido bastante más difícil, porque en esa época había orden, había disciplina. Yo creé un sindicato, a mi casi me echaron de la Fundación Chile por crear un sindicato al interior de la empresa, porque todas las filiales de la Fundación Chile, que ocupaban a mucha gente, omo nosotro, en verano ocupabamos hasta 600 personas. No querían saber nada con los sindicatos y yo encontraba que el sindicato era muy buena forma de comunicarse con la gente. Lo sigo pensando hasta el día de hoy. Pero había personas que eran más, más atrasadas en ese sentido, y no lo querían hacer.

Entonces yo, cuando cuando vino el plebiscito hasta el día del plebiscito, yo no participaba mucho en política. No obstante, todos sabían que a esa altura yo representaba en el sur de Chile una idea nueva. En aquellos años estoy hablando. A fines de los setenta, Chile exportó un millón de dólares en berries, procesado principalmente congelado. Hoy día exporta más de mil. Y esa empresa tuvo mucho que ver con esto. No quiere decir que nosotros hayamos contribuido con eso, porque hay un montón de otra gente empresas y que se yo. Entonces eso a mí me llenaba de satisfacción, de orgullo, porque yo estudié en una escuela pública, estudié en un liceo en el Instituto Nacional y estudié en la Universidad de Chile y siempre fue gratis. Entonces lo que nosotros nos decían, pero había mucha exigencia académica. En el Instituto Nacional era difícil entrar, pero era más difícil salir. En la Universidad de Chile era difícil entrar, pero era más difícil salir con el título. Éntramos 200, y salíamos 35. Dentro del año 71 había 75, éramos 35 personas que no recibimos y era todo gratis. Entonces uno tenía un compromiso social con la gente por haber recibido todo esto. Uno salía como preocupado “¿cómo voy a pagar toda esta cuestión que a mí me han dado?” Y ese, ese trabajo mío, en ese marco económico que había en nuestro país, en ese entonces, económico, político de orden, cosas que uno aprecia, lo cierto, y social de que veía que las personas estaban cada vez adquiriendo más poder en el sentido que adquirían más recursos, lo que le explicaba de las mujeres con respecto a los hombres. Yo veía ese cambio, yo era parte de ese cambio. Entonces yo me identifiqué finalmente y al término me identifiqué claramente con este régimen.

Y bueno, como se crearon partidos políticos y cosas, vivíamos en la ciudad de la Unión. La Unión en esa época tenía alrededor de 35 mil habitantes en el año 88 y nosotros con mi mujer y nuestros hijos teníamos bicicleta. Entonces los días domingo en la Unión hacían una bicicletada por el Si y nosotros salíamos. Yo tenía una tándem, iba adelante, iba mi mujer atrás y nuestros cuatro o cinco hijos como como pollos hacía alrededor de la bicicleta y nos hicimos muy conocidos que estábamos a favor del Si. Además, que no se por la Unión, es una ciudad pequeña todo, las personas que influyen en las decisiones, no es cierto los abogados, los contadores y toda esa gente, ya todos sabían quién era quién, para qué lado iban unos y para que lado el otro. Yo siempre fui por el lado del Sí, en mi camioneta ponía letreros, en mi casa ponía letreros de tal manera que no había ninguna duda a ese respecto.

Más que la persona del general Pinochet. A mí lo que me gustaba era el modelo político, económico, social y por sobre todas las cosas, el orden. En esa ciudad, a mí me, no es que me hayan obligado, por que yo fui voluntario, pero a mí me anotaron como vocal de mesa y después, dentro de los distintos vocales de mesa, me eligieron presidente de la mesa y después que me eligieron presidente a la mesa me dijeron esta es una de las tantas mesas que tenemos identificada en todo Chile para que nos entregue la votación lo antes, para ir a la parte estadística, para tener una proyección de qué era lo que iba a suceder. Entonces me eligieron presidente. Yo tenía que hacer el recuento de votos ese día tan pronto como fuera posible, porque iba a un asunto mayor y eso fue lo que hice. Se hizo el proceso eleccionario sin ningún

tipo de alteración o trampa. Yo no me hubiera retado a una cosa así, aunque me lo hubiesen pedido. Yo no lo hago por ningún motivo. Nunca nadie me lo pidió.

Y bueno, empezamos el recuento de votos. Fue la primera mesa. Fue la primera mesa que resultó que se cerró, no es cierto? Y hicimos el recuento y en la mesa nuestra ganó el Sí, pero por muy poquito. Hablemos de un 51 contra un 49 o una cosa de los votos de efectivo. Y eso a mí me marcó, me produjo mucho desánimo y mucha preocupación, porque yo decía “si esto, aquí, con toda la actividad económica que se genera en esta ciudad, tanta gente que ha escalado un par de peldaños o ha subido un par de posiciones en sus ingresos como individuo o como grupo familiar, si aquí obtenemos esto quiere decir que en otra parte va a ser peor”. Entregamos y bueno, nos quedábamos ahí dando vueltas en el recinto del liceo, el liceo de allá de La Unión y después yo me fui a mi casa a mirar la televisión, y bueno, ahí lo que todos sabemos, en el sentido de que se decían algunas cifras que eran a favor del Sí, después aparecían otras cifras que eran en contra, a favor del No digamos, los números y una nebulosa esa noche, porque, bueno, las autoridades superiores de la nación no quisieron entregar muy rápido el resultado.

Pero cuando el general Matthei se arrancó ensillado o en el Palacio de La Moneda y él dijo que había ganado el No, a mí se me produjo un cortocircuito mental del cual me demoré mucho tiempo en reponerme porque no puedo comprender hasta el día de hoy, fíjese en los años que han pasado, yo no comprendo hasta el día de hoy cómo ese modelo que le estaba trayendo tanto bienestar a mucha gente, económico únicamente, no necesariamente en otro aspecto, es necesario, no necesariamente en otro aspecto importante para la vida humana. Pero en el plano económico, que era lo que nosotros íbamos a hacer allá, no fue suficiente para que se mantuviera ese modelo. Eso a mí me ha costado entenderlo hasta el día de hoy. La racionalidad humana tiene muchas más variables. Inputs si usted quiere tiene muchas más variables de la que uno es capaz de considerar.

Y bueno, una vez que se supo que había ganado el No ese plebiscito, y después vinieron unas elecciones presidenciales, verdad? En la que ya participaron otras personas, Hernán Buchi fue compañero mío del Instituto Nacional, que fue el candidato a la presidencia que hubo en ese entonces. Pero no era lo mismo que mantener un modelo como el que venía. Las personas que somos de derechas, yo me considero una persona de derecha, no de centro. En general nos gusta mucho la libertad. Ese gobierno no sólo nos sacó de un esquema de sometimiento. Yo entré a la universidad el año 71, cuando asumió Allende, asumió el 4 de noviembre del año 70. Yo fui elegido el mejor compañero en el Instituto Nacional y Allende me entregó el premio porque él fue ex alumno del Instituto Nacional, en una ceremonia que fue en el Teatro Municipal de Santiago el 22 de septiembre del año 70 y todos teníamos el corazón abierto con respecto a Allende. Todos teníamos nuestro corazón abierto, sobre todo la gente joven en la esperanza que todo iba a mejorar y que iba a cambiar, que no iba a haber tanta pobreza, en fin. Así que nos fuimos de abrazo. Y sin embargo yo en el año 71, en la Escuela de Agronomía de la Universidad de Chile, y pasé la mitad del periodo de estudiante con el gobierno de la Unidad Popular y terminé la segunda mitad con el gobierno militar. Y era notable la diferencia. La primera mitad de mi carrera había guerra en Vietnam, Ho Chi Minh estornudaba y se tomaban la facultad, o el Che Guevara le pasaba cualquier cosa en Bolivia y había revuelta. No había clases, no había nada. En cambio, la segunda mitad con los militares no había nada de desorden. O sea, ahí era estudiar, estudiar y estudiar y pobre del que fuera a revolver el gallinero a molestar a la gente. Y eso a mí me gustó mucho. Después de todo este otro despelote de este otro desorden que cualquier infeliz decidía mi destino de que íbamos a hacer

esto, vamos a hacer esto otro, o que podía o no estudiar o podíamos no salir a terreno, ir a hacer prácticas. Eso con los militares, se termino, la cosa de estudiar y yo, como provinciano amante de la libertad y del orden, no es cierto, y de la iniciativa individual, que son más o menos las tres cosas que nos caracterizan principalmente a la gente de derecha, independiente de los aspectos valóricos, culturales y morales, digamos. Porque si yo amo la libertad, tengo que permitir que haya comunistas en el sistema, no es cierto? tengo que permitir que haya de todo, que tengo que ganarles a través de mis acciones y de mi ideas, no con el sometimiento que en esa época lo hubo por los dos lados.

De tal forma que cuando posteriormente no es cierto al día siguiente del plebiscito, a mí me costó mucho levantarme, no sólo porque estaba cansado del trabajo del día anterior, sino que porque vi un horizonte muy nublado. Se me cayó el mundo en el sentido que para mi trabajo iba a tener grandes repercusiones, en el corto plazo. Pero yo la sensación que me quedó hasta el día de hoy es que nos farreamos como chilenos, una oportunidad única e irrepetible de sostener un tiempo más, un modelo de desarrollo especialmente económico y social, especialmente económico y social, que nos iba a permitir crecer. Pero afortunadamente, luego de las elecciones presidenciales que ganó Patricio Aylwin, no se tocó el modelo en la parte económica, pero sí se tocó en otros aspectos político, en aspectos sociales, no es cierto? Bueno, y derivamos en la descomposición que hemos tenido hasta el día de hoy. En el gobierno militar, si hubo descomposición, porque esos dicho que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.

Esas cosas son verdad. Sin embargo, esa persona, los militares en general, si bien son humanos, igual es que uno tiene una formación doctrinaria, tienen una doctrina militar que pueden minimizar un poco esos riesgo. Y en la misma medida que la institución se mantenga pura de la contaminación, puede evitar eso. Pero hoy día hemos visto que están todas corrompidas porque miran hacia arriba y ven cómo los diputados hacen lo que se les ocurre. Los senadores hacen lo que se les ocurre. Los militares dirán bueno, ¿por qué no yo? Y eso es una descomposición que yo no alcancé a ver, aunque la hubo. Todos sabemos que la hubo en el plano de los Derechos Humanos, si usted quiere. Yo no la alcancé a ver en donde yo desarrollaba mi actuar. Pero yo estaba muy motivado con el sistema político, económico, social que nosotros teníamos y perdimos el día del plebiscito. Me hubiese gustado que se mantuviera ese ese modelo, pero no fue así y yo creo que hoy día lo estamos pagando de una forma u otra, no? No haber tenido una extensión de eso. Yo no digo hasta el día de hoy porque no hubiera sido posible, pero una extensión de ese modelo no hubiese permitido a nosotros tener un mejor país hoy día en el que tenemos. Esa es mi opinión.