Okay, bueno, pensando en el plebiscito del año 88, yo creo que primero yo tenía 17, 16 años, para el año 88 estaba en tercero medio y lo que más recuerdo es una sensación, no me acuerdo mucho el día específico, pero me acuerdo de todo el año. Porque creo que fue un año en el cual habían manifestaciones, demostraciones. Había una sensación de empoderamiento. Había una sensación como de apertura que no habíamos vivido antes. Había como un ambiente. Había un ambiente de miedo, pero al mismo tiempo un ambiente de que si se podía hacer algo. Entonces, yo creo que para los jóvenes que estábamos entre 15, 16 y 17 años era como un nuevo sentimiento de libertad que no habíamos sentido antes; se podía ir a todas estas manifestaciones. De que iban miles a las manifestaciones, los jóvenes, las mujeres, los viejos, los niños: con familias, sin familia. Entonces yo recuerdo como sobre todo esa energía, del año 88, esa sensación de que tenía mi mochila toda rayada. Y yo estaba en un colegio súper momio, absolutamente facho. Yo creo que éramos como tres o cuatro, la que realmente, venía de familia del NO, y familias de izquierda. Pero el plebiscito me dio como una fuerza para mandarlos a todos y decir No, somos del No y entrar al colegio con la mochila y con el No, aparte de que todos los momios se escandalizaban. O sea creo que mi primer recuerdo, es esa sensación de como de apertura y de alegría y de empoderamiento como colectivo que sentía en el ambiente.
El ambiente, en el colegio, era un ambiente como, era como entrar a la campaña al SI. Yo estaba en un colegio que se llamaba Santiago College y era un colegio horrible, yo no sé por qué estaba en ese colegio, porque yo venía de una familia de izquierda, pero era una sensación de que no solamente de fanatismo del Sí. Tienes que pensar que en ese colegio estaban los nietos de Pinochet en algun minuto. Entonces era realmente como un feudo de la derecha [risas]. Sino que también había un constante negacionismo de todo lo que había sucedido en Chile. Y yo venía de una, yo vengo de una familia de izquierda, una familia donde mi mamá había trabajado en la Vicaría de la Solidaridad y había hecho la básica de latinoamericano. Entonces yo venía con un ambiente completamente distinto y llegué a ese colegio en Primero Medio, entonces era como un choque constante. Era, peleábamos constantemente. En un minuto me tiraban la mochila por la ventana y decían “fuera los rojos del colegio”. No llegaban a ser violentos, yo creo, pues yo me reía de ellos. Le encontraba una tropa de fascistas. Pero era una sensación realmente de estar como en la boca del lobo, de que realmente era… y yo creo que lo que más recuerdo, quizás con mucha pena, es el negacionismo que existía. Si te negaban los Derechos Humanos, te negaban todo y celebraban con un fanatismo extremo la dictadura, el sí y todo.
Pero recuerdo que yo … que mi mayor alegría fue el día después del NO. Es haber llegado al colegio con una sensación de triunfo y de que todos estaban callados. Yo creo que eso fue lo más…la venganza final. Bueno, yo venía, como te digo, de una familia de izquierda donde todo se hablaba y todo se sabía, es donde mi mamá trabajó por muchos años la Vicaría de la Solidaridad. Después, mi, ambos padres trabajaban en ONG, es decir, no había ningún misterio. Nosotros lo sabíamos todo y no tengo recuerdo de que en algún momento me tengan que haber contado porque siempre estuvimos conscientes. Había ido al Parque O’Higgins, yo me acuerdo que el año 82, cuando tenía 10 años, mi familia, porque se iba a todas las manifestaciones, habíamos tocado las ollas de todos los departamentos posibles. Entonces nada de esto era un misterio. Yo creo que no siempre existió mucha conciencia en mi familia. No recuerdo tampoco haber tenido ninguna amiga o amigo, ni ningún familiar que fuera de derecha. Si que no que existían, pero no manteníamos relación con ellos. Por lo tanto, yo era que el ambiente, mi familia, era un ambiente muy político, muy tranquilo, pero con mucha conciencia. Y pasando. Cómo llegó acá a la campaña? No recuerdo a mí. Yo vivía con mi mamá y mi hermano. Mi mamá trabajaba mucho en la campaña. De alguna forma u otra. Y yo creo que el día del plebiscito, no la vimos. Yo creo que salió súper temprano en la mañana a votar y después tenía que ser voluntaria en alguna cosa.
Mi madre es trabajadora social, entonces estaba muy involucrada con diferentes organizaciones sociales, etc. Y mi papá trabajaba en organizaciones no gubernamentales y trabajaba también en lo que pasó a ser la Academia de Humanismo Cristiana. Y yo no estaba con él para el plebiscito. Mis papás son divorciados, pero recuerdo que la noticia que me llegó de él y que siempre la tengo como que me la imagino, es que él fue presidente de Mesa en la Florida, en un local de La Florida, y que no solamente contaban los votos del NO, sino que los gritaba. Entonces una amiga me contó que tu papá estaba de presidente de mesa y gritaba los votos del NO. No sé si será verdad. Cuánto exagerado! Siempre me ha quedado como la fantasía de mi papá. Y ya me lo imagino, el es muy calmado y muy tranquilo, pero me la imagino gritando los votos del NO en el local de la Florida. Y me recuerdo, creo que mi mayor recuerdo que ya nos habíamos quedado dormidos con mi hermana. Mi mamá llegó a tardísimo en la noche, el día del plebiscito y me abrazó y me despertó, dijo “se acabó, se acabó”. Y yo creo que mi mamá lloraba a mares. Esa es la sensación de que, ese es mi mayor recuerdo de que mi mamá me despierta pa decirme que se había acabado y que ya.
Y los dias siguientes, a mi se me empezaron a mezclar un poco el recuerdo creo, entre los días siguientes del plebiscito, y el comienzo de la campaña de Aylwin. Yo entré a la universidad, si esa es la otra, yo creo que que yo me gradué del colegio el año 89 en diciembre y entré a la universidad el primer año de democracia el año 90. Y yo creo que ahí fue una cosa rara. Ese siempre sentía como ese año universitario porque las cosas se calmaron como que fuimos, es un poco todo el deabte que hay ahora que qué pasó realmente en los 90. Pero mi sensación es que en la universidad no pasaba mucho. Como que entré a la Católica, entré al Campus Oriente, que era un poco más movido que tenía una historia de militancia hacia el campus, etc. Pero era una sensación de como, mira que pasó mucho en nuestra generación, como de tranquilidad y que algunas de las cosas políticas fueron como postergadas. Eso empezó a surgir quizás las cosas de derecho humano, el informe Rettig y todo eso. Pero siento que todo el tema como político y de movilizaciones como que se calmó y de alguna forma era una sensación, yo creo que una cosa psicológica casi de todos esos años de dictadura y de repente hay una tranquilidad y la gente quiere estar tranquila de alguna forma, no sé. Pero no tengo recuerdo de la universidad de que haya pasado nada. Incluso me acuerdo que los centros de alumnos perdían relevancia y no pasaba mucho, no. Yo creo que eh. Yo creo que mi historia, pero pensando en ese momento y el impacto que tuvo en todos nosotros, yo creo fue de los momentos como políticos y sociales más lindos. Yo creo que tiene esa emoción de que, yo creo que quizás comparado a lo que pasa ahora con el voto por la nueva Constitución y finalmente con un cierre. Quizá también un poco cuando se entregaron los informes de Derecho Humanos, que también es para mi un recuerdo importante, sobre todo el Informe Rettig, pero yo creo que el 88 tuvo una mística que quizás tiene que ver con todos los años de violencia, ese reconocimiento. Y yo creo que la verdad, esa sensación de alegría y de esperanza que quizás después se desvanece, que quizás después no tiene, no se canaliza como todos esperaban. Pero hubo esa como esa ventanita. Cómo es ese año. Y yo creo que por eso es que se mezclan mucho los recuerdos, porque entre el 88, 89 yo tengo esa sensación que fue una sola marcha. Que ibamos de manifestación en manifestación, de bandera en bandera y yo creo que era parte de esa, de todo ese espiritu que si era una cierta acumulación de esperanza y de movimiento, y también el retorno de mucha gente que venían volviendo a que volvieron los Inti-illimani que volvió la Tencha que era como que también hay una cierta noticia de acumulación de noticias y de personas que llegaban, nuevas personalidades, etc. Y eso también iba como diversificando un poco el ambiente político el debate.