Desde el primer día dije ya: llegué a Chile. Este es mi lugar. Pero tengo muy claro el recuerdo del país al que llegué. Dos cosas me llamaron mucho la atención. Por un lado, yo venía de haber vivido en las Islas Canarias en la España del destape, de una sociedad que se liberalizó en lo cultural muy rápido después de la muerte de Franco. Y llegar a Chile era llegar a un, no digo un convento de monjas pero, llegar a un país culturalmente, no solamente con el peso de la dictadura y de la censura y de la represión cultural de la dictadura, sino a un país muy moralmente cerrado, muy pacato […]. Y lo otro que me llamó mucha la atención fue la pobreza material que se vivía en Chile en aquel momento