Jennifer Ashley

Jaime Oxley

Yo estaba muy nervioso, como era primera elección en mi vida. Salí con mi papá de la casa e íbamos muy cerca a votar, e íbamos a votar como a dos cuadras y me acuerdo que pasé por la comisaría que estaba a la vuelta de mi casa. Y, con mi papá del brazo, muy nervioso, llegamos a la… esto fue en el Liceo José Victorino Lastarria en Providencia […]. Cuando salí, uy, sentí un alivio enorme.

Vivianne Schnitzer

Lo que recuerdo es: pantallas gigantes que mostraban los resultados y mostraban al mismo tiempo los rostros de los generales y de las esposas de los generales. Y cómo lloraban: cómo lloraban y cómo el maquillaje de las señoras de los generales se les iba corriendo en la cara. Y eso para mí fue como un símbolo tan fuerte de cómo el poder absoluto se va desmoronando frente mis propios ojos. Y ver la vulnerabilidad del sistema que fue el opresor absoluto, verlos desmoronados con la alegría del pueblo, con la votación del pueblo, con la voluntad del pueblo recuperando su dignidad, era un contraste. Era, como se dice, una doble pantalla muy conmovedora.

Enzo Abbagliati

Desde el primer día dije ya: llegué a Chile. Este es mi lugar. Pero tengo muy claro el recuerdo del país al que llegué. Dos cosas me llamaron mucho la atención. Por un lado, yo venía de haber vivido en las Islas Canarias en la España del destape, de una sociedad que se liberalizó en lo cultural muy rápido después de la muerte de Franco. Y llegar a Chile era llegar a un, no digo un convento de monjas pero, llegar a un país culturalmente, no solamente con el peso de la dictadura y de la censura y de la represión cultural de la dictadura, sino a un país muy moralmente cerrado, muy pacato […]. Y lo otro que me llamó mucha la atención fue la pobreza material que se vivía en Chile en aquel momento.

Javier Rebolledo

Es una época – la dictadura – en general de mucho miedo, de mucha opresión. Y lo sentía tanto en mi familia como en el mundo externo cuando yo lo habitaba, cuando salía a la calle. Solamente salvado, o salvado en gran medida, te diría, por este colegio en el cual estudié donde, por ejemplo, nunca me pasaron historia de Chile. Yo no sabía lo que era la historia de Chile, cómo estaban adoctrinando a otros niños acá en Chile respecto al heroísmo, por ejemplo, de la junta militar.

Jaime de Aguirre

No es la música sola: es la música y un estado social que está dispuesto a interactuar. Es muy dialéctico lo que ocurre. Nada ocurre solo, nada: ni el amor, ni el odio. Todo lo que pasa con los sentidos, interactúa. La violencia que propuso la dictadura de Pinochet, en su comunicación de la campaña del terror, era una cosa que tenía a la sociedad hasta aquí: estaba agotada de esa tonalidad, oscura, violenta, impositiva […]. En el fondo, la canción no la hice yo. La canción la hizo el estado de ánimo social del momento. A lo mejor esa misma canción en la época de la Unidad Popular habría sido ridícula.